Protector solar: probablemente no lo estás usando de la manera óptima para tu piel
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Podría parecer intuitivo o hasta sentido común, usar protector solar en el caso específico de que anticipemos una exposición prolongada a la luz del sol (especialmente si tienes piel sensible), para evitar los conocidos riesgos de salud que eso puede tener para nuestra piel. Sin embargo, esta manera de pensar no está basada en un correcto entendimiento de la complicada relación que nuestra piel tiene con la luz, y por lo tanto, con el protector solar. Incluso hay personas que evitan lo más posible la exposición al sol, lo cual también puede ser problemático. Para entender la manera adecuada de usar protector solar, es necesario entender cómo funcionan las consecuencias negativas y positivas que esta exposición tiene en nuestra piel.
La complicada relación de nuestra piel y la luz del sol
Probablemente has escuchado de los alarmantes efectos que la exposición directa al sol puede tener en tu piel. Quemaduras, deshidratación, e incluso una mayor posibilidad de cáncer en el largo plazo. Sin embargo, estos no son riesgos a los que te expones sólo cuando pasas un día en la playa. Tu piel es sensible a la luz del sol y sus rayos ultravioleta aún en pequeñas proporciones, como cuando sales a caminar. De hecho, tu piel aún está expuesta en días nublados, ya que en algunos casos, los rayos UV aún pueden alcanzarte.
Por otro lado, esto no significa que debas de temerle a la luz del sol, o evitarla lo más posible. Es de vital importancia para la salud de nuestro cuerpo. El contacto entre la luz solar y nuestra piel activa la sintetización de vitamina D, que necesitamos para mantener nuestros huesos y músculos saludables. También promueve la producción de serotonina, y por lo tanto ha sido vinculado con la prevención de la depresión. En otras palabras, por nuestro propio bien, no podemos simplemente evitar por completo la exposición al sol; más bien necesitamos encontrar una manera de combatir sus efectos negativos. Es ahí cuando necesitamos la ayuda de un proyector solar; no para evitar nuestra exposición al sol, sino para regularla.
Cómo usar el protector solar
El protector solar puede servir sólo para prevenir los efectos negativos de la exposición al sol, o también para remediar algunas de las consecuencias a corto plazo, dependiendo de la intensidad de sus ingredientes. Nuestra crema solar SPF 15, por ejemplo, ofrece un grado de protección mediano, ideal para usarse de manera cotidiana en pieles que no han recibido demasiada exposición recientemente. Por otro lado, la crema SPF 30 ofrece una protección más intensa, y además ayuda a aliviar algunas de las consecuencias de haber expuesto tu piel al sol, rehidratándola, y dejándola protegida para exposiciones más largas.
No le temas al sol; es buena para ti y para tu piel. Sólo necesitas estar consciente de los efectos que puede tener en tu piel y protegerte adecuadamente para cuidar tu salud.